Death Wolf - IV: Come The Dark (Vinilo/Disco)

Aunque han pasado cinco largos años desde el último álbum de Death Wolf, III: Östergötland, la banda no necesita presentación. Fundada a principios del nuevo milenio por Morgan Håkansson de Marduk bajo el nombre de Devil's Whorehouse como tributo al sonido deathpunk de Samhain and the Misfits, tras su EP debut, The Howling, la banda evolucionó rápidamente más allá de su repertorio de versiones a medias para convertirse en una fuerza letal con personalidad propia. En 2011, tras dos álbumes y dos EP bajo el nombre de Devil's Whorehouse, un cambio de nombre era muy esperado, y se eligió el mucho más apropiado Death Wolf. Sin perder tiempo, tres álbumes le siguieron en casi la misma cantidad de años: Death Wolf (2011), II: Black Armored Death (2013) y III: Östergötland (2014).

Pero, como suele ocurrir, las bestias más letales necesitan dormir, y por fin Death Wolf despierta con IV: Come the Dark. Desde las primeras notas, IV: Come the Dark explota con una ferocidad y delicadeza que sugieren que esos años de letargo fueron, sin duda, fructíferos. Claros y contundentes, Death Wolf está en plena forma, creando sin esfuerzo un himno oscuro tras otro con su característica mezcla de pesadez urbana y estribillos melancólicos pero incendiarios. Metal, punk, rock y gótico a la vez, pero sin ninguna de ellas en el sentido convencional de la palabra, IV: Come the Dark hechiza la imaginación con un estilo engañosamente pegadizo; en un mundo extraño y al revés (o en un mundo donde simplemente todo está BIEN), ¿podría uno imaginarse la mayoría o todas estas canciones en la radio?

Pero, por desgracia, vivimos en un mundo condenado, y Death Wolf nunca reinará en la radio... pero su dominio reafirmado es casi seguro con la llegada de IV: Come the Dark, ya que nunca antes la banda ha sonado tan dominante y segura, cada uno de estos 11 himnos rebosante de un brillo espeso como el granito que subraya el poder del profesionalismo.